martes, 26 de junio de 2012

Llega ahora la poesía que empapa este papel,
la que mueve mis manos y tuerce los dedos,
explota como el halo de tinta que besa tus ojos
pestañeas y como el sol de marzo me mojas los labios.

De aquí al final de la noche solo hay cadenas en mis muñecas
hasta que reloj diga basta y esta pena de piedra eche a andar,
hasta que se mueran los días como las noches en Bagdad,
voy a seguir llamándote en la oscuridad bajo las estrellas.

Llegara ahora el sueño que grita ausente en mis sienes
la imagen de tu cuerpo bailara sobre mi cabeza
de nuevo las riendas de un comienzo en los andenes
donde tantas tardes vaciaste mi mundo de tristeza.