Se elevan desde el suelo de mi habitación
miles de sentimientos irreconocibles,
las cadenas que tejieron imposibles
golpean mi cabeza, ahogan mi respiración.
Me invade un tremendo vacío
del ancho de un cielo, de color noche
los astros de mi boca responden
mi sombra me mira, pero no reconoce...
Donde queda mi juicio de valores?
donde mis sueños, donde se esconden?
marcharon risueños un día, huyeron veloces
Se acaba el día y llega la madrugada
sol tras sol, se van sellando mis salidas
con tristezas que descubre cada esquina
deborando las horas, comiendo mi vida.