De esas calles a tu recuerdo, noche tras noche,
anclado en el suelo tras los barrotes,
con el pecho vacio y la mirada perdida,
el tizne de tabaco en los labios
que no cesan de
pensarte tras mil colillas.
Con esa luna pintada en el cielo
que no escondian las nubes y brillaba hasta doler
como un mordisco de frio que acorralo
mi quebranto de suspiro en la garganta
por tantas preguntas que no supe responder.
El mañana se vacío como arena a mi vacio,
el rio de los días que vendrán está cargado
pues viene con todas las tardes de domingo
con mis llamadas, ayer llantos, hoy aullidos,
con mi cama no es mi cama sin tus ruidos.
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