Aqui no hay sortilegios vacios, ni días baldíos,
no hay oxido en las alas, ni sal en los labios,
aqui se vive en ayunas de dios, ciencia y rangos
no hay nadie más que nadie, si hubiera, en cambio
nunca seria tarde para cortarle las manos.
Aquí hay días
alternos de lucha y de bar cantando,
de hablar sentimiento pausado, breve y romper llorando
sin encontrar miradas vacías ante lo irracional del llanto,
desde mi balcón solemos beber poesía y al tiempo jurar
que llegado el momento cargados con balas de resina
nos arrancaremos del pecho la vida, para no respirar.
No quiero futuro intacto fuera de esta isla fria
en una realidad brutalmente expuesta a la agonía,
no quiero ser callando, no quiero silencio de comisaria,
ni coser mi boca, ni sellar el llanto de tu voz dormida,
aquí se viene a amar la palabras seducidas por versos suicidas.
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